jueves, 16 de mayo de 2013

"Nosotros vamos a morir, y eso nos convierte en los afortunados. Mucha gente nunca va a morir porque nunca nacerán.

Las posibles personas que podrían haber estado aquí en mi lugar, pero que de hecho, nunca verán la luz del día excede en número a los granos de arena del desierto del Sahara.
Por supuesto aquellos fantasmas sin nacer incluyen poetas más importantes que Keats, científicos más importantes que Newton.

Nosotros sabemos esto porque el conjunto de posibles personas permitidas por nuestro ADN excede tan masivamente al conjunto de personas reales. A pesar de estas asombrosas posibilidades somos tú y yo, en nuestra normalidad, los que estamos aquí.
Nosotros, los pocos privilegiados, que ganamos la lotería de la vida en contra de todas las probabilidades, ¿cómo nos atrevemos a lloriquear por nuestro inevitable regreso a ese estado anterior del cual la inmensa mayoría nunca ha despertado?" richard dawkins

jueves, 25 de abril de 2013


Y si el tiempo se da a esperar
Yo Puedo declarar mi derrota.
Debéis buscar vuestro enemigo y hacer vuestra guerra. Debéis amar la paz como medio para nuevas guerras, y la paz de corta duración más que la larga. Decís que es la bondad de la causa la que santifica la guerra; yo digo: es la bondad de la guerra lo que santifica toda causa”. “¿Quién alcanzará algo grande si no tiene la fuerza y la voluntad de infligir grandes sufrimientos? Saber sufrir es poco: hay mujeres y esclavos que han destacado como maestros en este arte. Pero no sucumbir ante los ataques de la angustia íntima y de la duda turbadora cuando se causa un gran dolor y se oye el grito de este dolor, esto sí es grande”. “El hombre superior se distingue del inferior por la intrepidez con que provoca la desgracia”; -Federich nietzsche


jueves, 24 de mayo de 2012

    LOS ENIGMAS
Yo que soy el que ahora está cantando
seré mañana el misterioso, el muerto,
el morador de un mágico y desierto
orbe sin antes ni después ni cuándo.

Así afirma la mística. Me creo
indigno del Infierno o de la Gloria,
pero nada predigo. Nuestra historia
cambia como las formas de Proteo.

¿Qué errante laberinto, qué blancura
ciega de resplandor será mi suerte,
cuando me entregue el fin de esta aventura

la curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
ser para siempre; pero no haber sido.